ESCATOLOGIA

CALENTAMIENTO GLOBAL, EL SOL Y EL APOCALIPSIS
¿Quién no ha escuchado el término “calentamiento global”? En estos días, las mentes seculares están absolutamente obsesionadas con lo que ha llegado a ser llamado “cambio climático antropogénico”. Este término tan sofisticado simplemente se refiere a las alteraciones del clima debido a la actividad humana, en oposición a los procesos naturales geológicos y biológicos, tales como el aumento del dióxido de carbono, la actividad volcánica y la respiración global de la vegetación.
Se ha creado un debate en torno a la posibilidad actual, de que el hombre esté influyendo más o menos en el clima de la Tierra, y que también influyó en el pasado. Incluso en épocas pre-industriales, debido sobre todo, a la deforestación y la reconversión de tierras para sus actividades agrarias y ganaderas.
Impulsado por las presentaciones de los medios noticiosos, principalmente por la producción en video del ex-vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, titulado “Una verdad inconveniente”, se ha propagado más y más la creencia, de que el consumo de combustible a base de carbón por los seres humanos, está cambiando radicalmente el clima de la Tierra. En tonos histéricos sus proponentes proclaman a voz en cuello, que dentro de pocos años nuestra atmósfera estará tan cargada con el exceso de dióxido de carbono y otros subproductos del smog, que en el planeta tendrá lugar un proceso irreversible de calentamiento. Dicen, que el resultado será, desiertos más vastos, inundaciones en las zonas costeras, pérdidas en las cosechas y la muerte de millones de personas.
El celo tan desmedido por promover la hipótesis del calentamiento global, ha llegado a alcanzar en nuestros días las proporciones de una religión. Y esto es bien simple, a través de la adoración de la Tierra, ya que ven “el maravilloso planeta azul” como el originador y sustentador de la vida. Tal cosa, claro está, es un resultado natural de la teoría de la evolución. Ya que si es cierto, que los “miles de millones de años” legendarios de la supuesta sopa química primitiva, dieron origen a la sociedad humana inteligente, tal como la conocemos, entonces no debe extrañarnos que la conservación del medio ambiente se haya elevado al nivel de adoración.
Bajo estas condiciones, el cuidar bien el medio que nos rodea, no es sólo sentido común, sino una ley religiosa. “La ciencia” se convierte en el clero, sin tolerancia alguna por lo que no están de acuerdo. Incluso ya se está actuando para silenciar a cualquier científico que se atreva a oponerse al consenso, de que el cambio en el clima se debe a la actividad humana.
Se ha investido al gobierno global con el poder para poner en vigor los credos de esta nueva religión. Para los políticos, la conservación de la vegetación del planeta es la prioridad número uno. Debido a esto se está estructurando una nueva ley ética y moral sobre la custodia del planeta, la cual le ha sido confiada a la ONU.
El Convenio Marco de la ONU Sobre el Cambio Climático, que se firmara en Río de Janeiro en 1992, dio origen al Protocolo de Kioto, un instrumento internacional que tiene por objeto reducir las emisiones de seis gases considerados como causantes del calentamiento global, esos gases son el dióxido de carbono, el metano y óxido nitroso además de tres gases industriales fluorados: hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos y hexafluoruro de azufre.
Los países participantes estuvieron de acuerdo en reducir el dióxido de carbono, y los gases causantes del efecto de invernadero, producto de las emisiones. Más de 160 naciones se han sometido a los protocolos llevando el 55% de la emisión de los gases supuestamente causantes del efecto de invernadero, bajo el control de la ONU. La campaña actual es lograr el 100% de la participación... o el sometimiento.
Esta nueva religión no carece de indulgencias. Los productores gravosos de gases pueden comprar “créditos de carbón” a productores menos vigorosos. El resultado de esto es una transferencia de riqueza de los países más ricos a los más pobres. Muchos reconocerán esto como la religión del socialismo, la cual siempre ha sostenido que la distribución de la riqueza es el camino hacia la paz.
Detrás de todo, la motivación principal para la adherencia a estas nuevas reglas y regulaciones, es la visión horrenda de un desastre global venidero como un juicio por el consumo excesivo de energía. La brigada del calentamiento global está amenazando con castigar a esos que no escuchen sus advertencias acerca del colapso de los sistemas del clima global.
En efecto, este sacerdocio secular está prediciendo su propia versión del apocalipsis. La visión de ellos está centrada en ciertos cambios atmosféricos que son interpretados como heraldos de super tormentas globales, oleadas de calor abrasante y miseria humana. Creen que los hombres, no Dios, causarán el apocalipsis. Para ellos, la culpa mayor la tiene la polución causada por el consumo de petróleo, carbón y gas.
Estos aterrados críticos, han centrado su ira sobre lo que consideran un mercado libre fuera de control que devora los recursos y arroja gases contaminantes. Los defensores radicales del medio exigen la reforestación del mundo. Su clamor es: “A ustedes no les preocupa sus hijos; no les importa el planeta; no les preocupa el futuro”. La respuesta usual de ellos, es aplicar el freno para someter al comercio e imponerle medidas extremadamente severas a los ofensores.

¿Cuál es la realidad?
Antes de darles la razón y aceptar sus histéricas acusaciones, examinemos primero el futuro del planeta bajo otra perspectiva - la bíblica, de acuerdo con la versión verdadera del Apocalipsis, que es completamente diferente a esa que conciben los aterrados políticos belicosos. Como es bien sabido, la Biblia tiene mucho que decir acerca de futuro de nuestro clima y del medio que nos rodea. De hecho, habla extensamente sobre un período de intenso calor, de un calor que no es causado por el hombre, que tampoco es producto del efecto de invernadero, sino que es consecuencia del sol. Es Dios quien lo ocasiona y por un propósito específico. Un buen ejemplo de esto podemos verlo en los siguientes versículos: “El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria” (Apocalipsis 16:8,9).
Aquí tenemos unos versículos de la Biblia que revelan una gran verdad bíblica - que el mundo natural está bajo el control constante del Omnipotente. En esta edad de “iluminación”, es común pensar que los procesos naturales se controlan a sí mismos. Incluso, la mayoría de cristianos creen que estos procesos fueron puestos en moción en algún momento en las edades pasadas, y que a partir de ese punto en adelante se regulan a sí mismos. Las estrellas arden, hasta que terminan por apagarse. Los procesos internos de ellas son guiados por procesos físicos bien conocidos por los astrofísicos. Si una estrella como nuestro sol, se enfría o se calienta de súbito, debe ser debido a variación natural, como gravedad, o cambios gaseosos o electromagnéticos.
Sin embargo, la Biblia no se equivoca al respecto. El Señor Dios ha enviado un mensajero para que cambie la actividad solar. Ignoramos la forma exacta cómo lo hará. En el caso que citamos, el resultado es un aumento en la intensidad del calor que tiene un impacto directo sobre la existencia humana. La acción de los ángeles causará calentamiento global.
El Apocalipsis trae consigo otros cambios cataclísmicos, incluyendo tormentas asesinas de granizo, alteraciones en las placas tectónicas, actividad volcánica desenfrenada y cambios abruptos en el clima general del planeta. Sin embargo, es necesario enfatizar, que el mal uso del hombre de los combustibles no tiene nada que ver con los juicios que se avecinan. En lugar de eso, las variaciones en la actividad solar se encuentran en el centro de estas perturbaciones.

El Sol
Comparado con el tamaño del Sol, la Tierra es diminuta. El diámetro de nuestro planeta es 12.756 kilómetros. Mientras que el sol tiene un diámetro de 1.390.000 kilómetros, ¡es casi 109 veces más grande que la Tierra!
El sol es abrumadoramente gigantesco, cuando se compara con todos los otros cuerpos celestes en nuestro sistema planetario. ¡Constituye el 99,8% de toda la masa del sistema solar! Júpiter, el planeta más grande, contiene la mayor parte del resto. La masa de la Tierra es sólo una fracción diminuta del resto.
El sol es una máquina termonuclear diseñada por el Creador. Produce calor y luz, precisamente en la proporción correcta para mantener la vida física tal como la conocemos. La energía que se origina en su interior no es un accidente de física, sino que Dios lo hizo de esta forma. Tampoco es la distancia de la órbita de la Tierra, un asunto de coincidencia. A la velocidad de la luz nos encontramos a ocho minutos del sol, o lo que es lo mismo a 150 millones de kilómetros de distancia.
A esta distancia ideal, la combinación de la radiación solar, nuestra composición atmosférica, los campos magnéticos y otros factores interplanetarios, producen un clima ideal para la vida humana. Estos elementos no pueden ser simple coincidencia. Incluso la existencia de la Luna que es aproximadamente un cuarto del tamaño de la Tierra, provee la estabilidad para las mareas que impiden que nos cocinemos o que nos congelemos. Nuestro sol, no es ni demasiado caliente, ni demasiado frío, sólo perfecto. Somos protegidos de su peligrosa radiación, pero nos proporciona suficiente luz en el rango espectral apropiado para proveer calor y crecimiento.
Dado todos estos factores, nunca debemos olvidar el elemento más importante en todo esto. El sol es únicamente la fuente de calor para la superficie de nuestro planeta. Si se oscurece disminuyendo su intensidad - aunque sólo sea levemente, nos congelaríamos. Si brillara un poco más de la cuenta, aunque sólo fuese un mínimo, nos quemaríamos.

¿Fuego o hielo?
Nuestra propia historia planetaria demuestra este principio con extrema claridad. No hace mucho tiempo, en las décadas de los 1960 y 1970, los científicos estaban de hecho prediciendo una nueva era glaciar para un futuro no muy distante. Sus observaciones fueron extraídas del pasado, ya que el hemisferio norte estuvo en un tiempo cubierto por glaciares que se extendían tan distante como el sur de las regiones centrales de América hoy.
Además, la historia reciente refuerza la hipótesis de ellos del enfriamiento. Los expertos en el clima se refieren a una “Pequeña Era Glaciar” que tuvo lugar en Europa entre el siglo trece y mediados del diecinueve. A finales de 1816, el “famoso año sin verano”, fue testigo de temperaturas congelantes y cosechas arruinadas por el frío extremo en Europa, Terranova y Canadá. Hasta el sur de Pensilvania, había hielo en los ríos y lagos a mediados del verano, acompañados con ventiscas de nieve.
Es bien sorprendente advertir que el factor común en estas aberraciones climáticas también fue el sol. Es bien conocido que este período estuvo marcado por la ausencia virtual de tormentas solares. En ocasiones, las manchas solares estuvieron simplemente ausentes. La mayor parte del tiempo aparecían con extrema rareza. Por si no lo sabía, las manchas solares son uno de los eventos más documentados en la historia de la observación astronómica. Los expertos, literalmente las han estado observando por siglos.
Bien conocido por los astrónomos, es el período entre los años 1645 a 1715 de la era cristiana, conocido como “El mínimo de Maunder”, cuando las manchas solares desaparecieron de la superficie del sol, tal como observaron los astrónomos de la época. Recibe este nombre, por el astrónomo solar Edward Walter Maunder quién descubrió la falta de manchas solar durante ese período estudiando los archivos de esos años. En tres décadas de esta época histórica, sólo se manifestaron 50 manchas solares, ¡en oposición a las 40.000 ó 50.000 de un período similar!
Esta situación que duró por espacio de cinco siglos, llevó al hemisferio norte, temperaturas mucho más frías de lo normal, en sincronización exacta con la disminución de la actividad solar. Más manchas solares producen más calor y viceversa. Ciertamente la actividad humana no estuvo en ninguna forma conectada con estos cambios, ya que todo ocurrió mucho antes de la revolución industrial.
De manera interesante, los años antes de la Pequeña Era Glaciar son conocidos como “El Período Medieval Cálido”. Durante este período, exploradores de Islandia fueron guiados en dirección oeste a través del Atlántico Norte por el afamado explorador Erik el Rojo, cuyos antepasados habían llegado originalmente desde Noruega. Alrededor del año 982 de la era cristiana, ellos llegaron a un exuberante territorio, tan rico y verde que lo colonizaron de inmediato. Como sus regiones al sur estaban cubiertas con una vegetación profusa, de inmediato le llamaron Groenlandia. Los sembrados y las vides prosperaron. Se instituyeron rutas comerciales. ¡Incluso hasta se estableció allí una arquidiócesis de la iglesia de Noruega!
No es necesario decir, que Groenlandia ya no es verde. Después de cuatro siglos y medio de enfriamiento, su territorio rápidamente se cubrió con hielo. Los noruegos regresaron a su tierra natal. Durante el siglo quince tuvo lugar en Groenlandia una “Pequeña Era Glaciar”. Desde entonces, hasta este día, el área permanece todavía cubierta con hielo, que continúa acumulándose, algunas veces hasta cientos de metros de profundidad, en donde en un tiempo crecían los sembrados y florecían las villas.
Todos estos cambios climáticos notables tuvieron lugar antes que el hombre usara combustibles a base de carbón. Lo cual demuestra que los cambios en el clima están mas asociados a la acción solar que a la actividad de los seres humanos, tal como se asegura en la actualidad. Si hay una verdad en la Biblia, es que es Dios, no el hombre, quien controla el clima. La Biblia asegura que Él regula el nivel de energía del sol, y por consiguiente el nivel de energía calorífera a través de todo nuestro sistema solar. A continuación, examinemos unos pocos ejemplos que demuestran esta verdad.

Las cinco declaraciones de Joel
Hace mucho tiempo, el profeta Joel escribió sobre el período de la tribulación. La mayoría de expositores creen que redactó su libro en el siglo noveno antes de Cristo, durante el reinado del rey Joas, rey de Judá. La mayoría determinan su fecha alrededor del año 835 antes de Cristo, mucho antes que los otros profetas. Lo que es más increíble es que el Señor le dio a Joel una visión definida del “día de Jehová”, una frase que citó cinco veces.
La crónica de este terrible día en el pasado distante, es todavía futuro para nosotros. Sin embargo, Joel lo menciona como algo inminente, incluso aunque escribió estas palabras hace 28 siglos: “¡Ay del día! Porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso” (Joel 1:15).
Cinco veces, Joel invoca el nombre del “día de Jehová”, el aterrador día de la ira de Dios. La frase “está cercano” quiere decir, que estas palabras fueron escritas para Israel en los últimos días, que se refieren a las condiciones durante la tribulación.
La segunda vez que citó el término, lo asoció con el ejército invasor, cuyo poder es tal, que es capaz de reducir el territorio a una ruina humeante: “Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones. Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape” (Joel 2:1-3).

Su tercera mención concluye con el mismo pensamiento: “Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?” (Joel 2:11).
La cuarta invocación de Joel del cataclismo futuro, eleva la naturaleza de la catástrofe a un nivel indudablemente superior. Aquí el clima de la tierra parece estar completamente descontrolado, produciendo una atmósfera que oscurece el Sol y la Luna: “Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado” (Joel 2:30-32).
Su uso final del término parece trascender enteramente todo el sistema climático de la Tierra. Aquí, en la peor de las calamidades de la tribulación, el propio sol parece estar afectado: “Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas; porque mucha es la maldad de ellos. Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor” (Joel 3:13-15).
Estas palabras describen una tragedia astronómica y meteorológica de primera magnitud. Este desastre es mucho peor que cualquier visión que haya concebido la comunidad globalista sobre el calentamiento global. Un examen minucioso del recuento bíblico de la tribulación, revela una perturbación, no sólo en el ambiente inmediato de la Tierra, sino también en el entero sistema solar. Aparentemente, el aire se oscurecerá por la cantidad tan grande de desechos, tal vez de los volcanes. Pero además de esto, el brillo del sol disminuirá. Como la Luna refleja la luz del Sol, su esplendor también se oscurecerá. Las predicciones de los profetas de la Biblia, son una bofetada en el rostro de los científicos actuales, quienes insisten que en los procesos naturales, sencillamente no tienen lugar cambios rápidos.
Los astrónomos y los geofísicos piensan en términos de millones de años, a lo largo de los cuales van teniendo lugar cambios progresivos a duras penas perceptibles. Tal pensamiento es conocido como “uniformitarianismo”. Es la base del pensamiento evolutivo, el que sostiene que el presente es el modelo para el pasado. Bajo este punto de vista, las condiciones en la Tierra son generalmente concebidas como absolutamente estables, con cambios que tienen lugar en incrementos pequeños, pero no en convulsiones globales.
Sin embargo, la Biblia se refiere al “día de Jehová” como un evento de naturaleza global, no local. Definitivamente algo que bien podríamos comparar con una convulsión. Como el gran diluvio de Noé, afectará toda la Tierra. La ciencia siempre ha hecho mofa de la realidad de un diluvio global, rehusándose a creer que tal evento pudo ocurrir en el pasado. Esto se debe probablemente a su incapacidad para plantear hipotéticamente una serie de condiciones capaces de producir un diluvio de proporciones globales. Pero la respuesta a este problema es simple: Dios es quien controla todos los sistemas del universo, incluyendo el clima.
Por siglos, la ciencia ha enseñado que el centro de la Tierra es magma incandescente. Mientras que la Biblia dice que cuando tuvo lugar el diluvio,“El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas” (Génesis 7:11).
Los científicos no podían compaginar, cómo la Biblia se refería a “fuentes del grande abismo”, siendo que en las profundidades de planeta sólo hay magma. Eso era un punto en que se apoyaban para negar la veracidad del diluvio, pero ahora esa misma ciencia ha corroborado esta realidad.
A continuación, permítame compartir con usted una porción de un artículo escrito por Ker Than y publicado en la página de Internet LiveScience.com, el 2 de marzo de 2007, que se titula “Océano gigantesco descubierto dentro de la Tierra”, el cual dice textualmente: “Los científicos que han escudriñado las profundidades de la Tierra, han descubierto evidencia de una vasta reserva de agua debajo del oriente de Asia, que tiene por lo menos el volumen del océano Ártico’.
“Ésta es la primera vez que se ha descubierto una cantidad tan vasta de agua debajo del manto profundo del planeta. El descubrimiento llevado a cabo por Michael Wysession, un sismólogo de la Universidad Estatal de Washington en St. Louis, y por Jesse Lawrence quien fuera uno de sus estudiantes, y quien ahora se encuentra en la Universidad de California, en San Diego, será detallado en una próxima monografía que publicará la Unión Geofísica Americana’”.
La pareja analizó más de 600.000 sismogramas - los registros de las ondas generadas por los terremotos que viajan a lo largo de la Tierra - recolectados por instrumentos colocados en diversos lugares alrededor del planeta.
Ellos advirtieron una región debajo de Asia, en donde las ondas sísmicas parecen apagarse o “atenuarse”, e incluso se advierte que disminuyen un poco su velocidad. Wysession explicó: “El agua atenúa un poco la velocidad de las ondas. La gran humedad y la disminución de su intensidad, concuerda muy bien con las predicciones del agua”.
De acuerdo con los pronósticos anteriores se calculaba que si se sumergía una gran porción del lecho frío del océano unos miles de kilómetros dentro del manto de la Tierra, las altas temperaturas harían que el agua almacenada dentro de la roca se evaporase.
Wysession dijo: “Esto es exactamente lo que encontramos aquí. El agua dentro de la roca que se hunde con la porción del lecho del océano está completamente fría, pero se calienta conforme se sumerge más profundo, y la roca finalmente se torna inestable y pierde su agua”.
A pesar de que parecen sólidas, la composición de algunas rocas en el lecho del océano contienen hasta más de 15% de agua. Wysession explicó, que “Las moléculas de agua de hecho están adheridas a la estructura mineral de la roca. Conforme se calienta, finalmente se deshidrata. Es como poner la arcilla en el fuego para extraerle el agua”. Los investigadores estiman que el 0,1% de la roca sumergida en el manto de la Tierra en esa parte del mundo, es agua, lo cual es similar a toda el agua en el océano Ártico.
Vemos entonces, que la propia ciencia que por tanto tiempo había negado el diluvio, está demostrando ahora la veracidad absoluta de este evento.

El día de Jehová
El “día de Jehová” no sólo tendrá una naturaleza global, sino que será un tiempo de caos sin paralelo en la historia. El propio Señor Jesucristo lo describió como único y horroroso, dijo: “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Mateo 24:21,22).
En estos versículos, el Señor estaba refiriéndose a la tribulación, la cual es otra forma de hablar de los juicios del “día de Jehová”. Tomando sus palabras literalmente, esto implica que la tribulación será el peor cataclismo que haya afectado jamás al planeta. Desde nuestra perspectiva humana, con dos mil años de calma relativa en la geósfera - en la parte sólida de la tierra, es muy difícil imaginar la intensidad de ese tiempo. Tratar de concebir los horrores de la tribulación es algo que va casi más allá de nuestra imaginación. Sin embargo, la historia del presente sistema mundial, remontándonos hasta Adán, incluye muchas catástrofes a gran escala, entre ellas el diluvio de Noé, el cual fue mucho más que una simple inundación.
Quienes consideran la Biblia como divinamente inspirada, creen que la Tierra en esos días soportó tanto un diluvio global como un gran cataclismo. Como dice la Escritura: “Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches” (Génesis 7:10-12).
Otra de las grandes catástrofes del planeta tuvo lugar en los días de Peleg, sobre la cual dice la Escritura: “Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra...” (Génesis 10:25). Esta catástrofe ocasionó la división de la masa terráquea y la formación de los continentes, ya que en el principio los continentes formaban una gran pangea.
Siendo esto verdad, entonces la declaración del Señor Jesucristo indica, que el desastre venidero será realmente algo sin precedentes, mucho más violenta que la ocurrida en el tiempo de Noé, y la del tiempo de Peleg.
Algunos han sugerido que estas “fuentes del grande abismo” que se rompieron cuando el diluvio, bien pudieron haber sido volcanes que arrojaron al aire grandes nubes de varios gases, incluyendo agua hirviendo y vapor. Por largo tiempo, el sol incluso no era visible. Lentamente la atmósfera se fue aclarando, y las aguas del diluvio se fueron retirando dejando al descubierto un nuevo mundo azotado por el viento, mal tiempo, tormentas, tornados, huracanes, y demás.
Antes de este diluvio, la meteorología de la Tierra era tan estable que incluso ni llovía. Con todo lo difícil que esto pueda parecer, la Biblia es inequívoca acerca del asunto. En los siguientes versículos, debemos tomar nota de dos cosas: Primero no llovía, segundo Dios es revelado como la causa de la lluvia. “Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra” (Génesis 2:4-6).
Aquí, tal como otros han registrado en gran detalle, la radiación solar, la geología de la Tierra y el clima, eran bien diferentes a las condiciones actuales. Dios diseñó por entero y a la medida, el medio ambiente para esta creación.
En otras palabras, Dios controla el mal tiempo, el clima y la interacción entre la Tierra y el Sol. Es tanto Creador como Controlador, Ese quien en un momento de la historia del planeta, no permitía que lloviera. Esto dista mucho de la opinión moderna, la cual sostiene que el hombre es la principal influencia en los sistemas que controlan el clima.
En este día en que todo se monitorea por sistema de radares y satélites, algunas veces hasta se le da crédito al meteorólogo por el control del clima. Cuando anuncia buen clima, hasta recibe congratulaciones, y cuando el clima es malo algunos lo culpan, como si de hecho fuera el causante. Algunos incluso hasta teorizan, de que nos encontramos ya en el punto, que casi somos capaces de controlar el clima del planeta. Pero si esto lo evaluamos de acuerdo con lo que enseña la Biblia, tal suposición luce ridícula.
De hecho, todos sabemos muy bien que los meteorólogos son incluso incapaces de anticipar los patrones del clima más allá de unos pocos días. La histeria acerca del calentamiento global es una demostración de la incapacidad del hombre por controlar el medio que lo rodea. Sus proponentes de continuo aseguran que la humanidad está prácticamente al borde de un desastre incontrolable. Muchos de ellos proclaman que nos encontramos sólo a unos pocos años de que tenga lugar un cambio irreversible en el clima.
La tribulación involucrará cataclismos similares a los que ocurrieron en el tiempo del diluvio, pero también varias catástrofes adicionales, algunas de las cuales se extenderán mucho más allá de la atmósfera que nos rodea, hasta el propio sol.

El futuro del Sol
Como es bien sabido por la ciencia, y tal como lo expliqué, la energía del sol es esencialmente toda la energía de nuestro sistema planetario local. Si se extingue, se extinguirá también la vida en esta parte del cosmos. Por consiguiente, es especialmente interesante examinar el futuro, pero desde la perspectiva de Dios en los cielos.
Él creó el sol, y puede usarlo para hacer cualquier cosa que tenga en mente. Durante el período de la tribulación, sus ángeles irán de aquí para allá y desestabilizarán el entero sistema global, incluso hasta el punto que la humanidad llegará al borde la extinción. Jesús dijo en el contexto de la tribulación, que las condiciones serían tan fieras que hasta la propia supervivencia de la humanidad estaría en juego. “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Mateo 24:21,22).
Pero, ¿cómo puede ser posible tal cosa? ¿Qué será lo que ocurrirá que afectará hasta la supervivencia de la humanidad? La respuesta es bien simple, particularmente cuando consideramos la fobia actual de que mucha exposición al sol produce cáncer. Hoy en día se nos aconseja que usemos lentes que absorban los rayos ultravioleta y lentes de contactos para proteger los ojos del sol. Comerciales de televisión por millares nos urgen a que evitemos la exposición prolongada a los rayos solares y que nos apliquemos cremas especiales para protegernos la piel.
Todo esto, debido a la variedad de cánceres y otras enfermedades que pueden manifestársele a esos que se exponen demasiado a los rayos solares. La habilidad de nuestra atmósfera para absorber esos rayos se ha debilitado por los cambios masivos en el clima. Tal vez el colosal intercambio nuclear que tendrá lugar en el futuro tendrá este efecto, que la naturaleza de la radiación del sol se verá sometida a alteraciones mortales. Ahora considere cuidadosamente estas palabras del libro sagrado: “Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres. Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó. He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume” (Isaías 30:25-27).
Sólo imagine un verano bien caliente y luego multiplíquelo por siete, para que se haga una idea de lo que declara la Biblia al decir, “y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días”. Aquí la profecía de Isaías ciertamente se refiere a los días de la tribulación... probablemente muy cerca del tiempo de la batalla de Armagedón.
La profecía de Isaías parece aludir al mismo evento descrito en Apocalipsis 16:8a, cuando “El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego...” Esto enfatiza el resultado, pero no la causa. ¡Y el resultado es espectacular! Bajo estas condiciones, los seres humanos no podrán salir fuera de sus hogares sin todo el cuerpo cubierto y sin lentes especiales para protegerse los ojos. Imagine la sequía que habrá entonces, los fuegos de maleza, la combustión espontánea y la intensidad del calor dentro de las casas y vehículos. Desde que Adán fuera creado, el mundo nunca ha experimentado tales condiciones.
Este juicio será contra el reino del Anticristo. Imagine cuál no será la consternación de sus seguidores, cuando el reino se convierta en un infierno sobre la tierra. Seguramente, entonces se volverán contra él en algún momento. En el mismo contexto, note el juicio del siguiente ángel: “El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras” (Apocalipsis 16:10,11).
Tal parece, que exactamente en medio del ardiente calor solar, un ángel oscurecerá la Tierra. El resultado sera inimaginable... calor en medio de la oscuridad. Esto nos recuerda las plagas de Egipto en los días de Moisés, cuando por tres días los egipcios no se atrevían ni a moverse. El temor y angustia de esos que tendrán que afrontar tales condiciones, los llevará al borde de la locura. Pero en su estado reprobado, se rehusarán a arrepentirse, y en lugar de implorar el perdón de Dios, blasfemarán y lo culparán por lo que estará ocurriendo.
Los ángeles de Dios están investidos con el poder para cambiar la potencia de la energía del sol, asimismo disminuirla. Tal vez ellos hasta harán que aumenten el número de tormentas solares. Posiblemente la energía del espectro solar se verá alterada de alguna manera. No hay forma que podamos saberlo, pero el resultado es obvio. La humanidad se verá sometida a una dosis masiva de radiación dañina. En ese día de grandes catástrofes climáticas, nadie culpará a los hombres por el consumo excesivo de hidrocarbonos.
Pero... ¿Cuál será el resultado de toda esta furia solar? ¿Quemaduras en la piel? ¿Cáncer? ¿Ceguera? Parece obvio que los hombres se verán obligados a cubrirse completamente el cuerpo si tienen que salir afuera en el día. Durante los últimos años, las tormentas solares masivas han resultado en megatones de partículas cargadas que han salido disparadas de la superficie del sol. Afortunadamente, hasta este momento, no han impactado nuestro planeta. Pero estas llamadas expulsiones de masa coronal, o agujeros en la corona del sol, son llamaradas solares que tienen el potencial para quemar a nuestro mundo con calor y radiación.
Según los observadores el hecho de que nuestro planeta no haya sido impactado se debe a “buena suerte”. Nosotros por el contrario le llamamos una bendición de Dios. Sea como sea que se le llame, todo lo que ocurrirá demostrará la veracidad de las profecías de la Biblia. Ciertamente habrá un tiempo cuando la furia del sol se reflejará con un calor increíble.
Luz y oscuridad
Los juicios de la tribulación están arreglados específicamente como una demostración del poder de Dios. Los hombres que creen comprender los “procesos naturales” quedarán impactados al comprobar que esos procesos están bajo el control de un intelecto poderoso. Esta idea es completamente clara en la profecía de Isaías: “Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso. Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre, y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas. He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes. Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre. Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira” (Isaías 13:6-13).
Sería muy fácil decir que las condiciones descritas aquí son simplemente el resultado de fuegos locales, o la consecuencia de una guerra nuclear que ha colmado el aire con fuego y polvo. Pero que se “estremezcan los cielos”, ciertamente no será una catástrofe local. No podemos decir con exactitud qué es lo que significan estas palabras, excepto que tal parece, que de alguna forma, hasta la rotación de la órbita de la Tierra se alterará. En el fin, incluso hasta la duración del año solar y del día serán cambiados.
Una calamidad futura
El capítulo 24 de Isaías, ha sido llamado a menudo el “Pequeño Apocalipsis”. Comienza con un cuadro de devastación que es prácticamente increíble, ya que dice: “He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores” (Isaías 24:1).
Difícilmente podríamos tener un cuadro más perturbador de una destrucción más terrible que ésta. Imagine las consecuencias de una guerra nuclear, combinada con perturbaciones a una escala astronómica y llameante radiación. El resultado será una tierra asolada por el fuego, virtualmente desprovista de vegetación. Los hombres tropezarán unos contra otros en aturdimiento, vagando y preguntándose dónde podrán encontrar el próximo bocado de comida.
La descripción de Isaías de la maldición que le sobrevendrá a la Tierra, llega a ser incluso más profunda: “Terror, foso y red sobre ti, oh morador de la tierra. Y acontecerá que el que huyere de la voz del terror caerá en el foso; y el que saliere de en medio del foso será preso en la red; porque de lo alto se abrirán ventanas, y temblarán los cimientos de la tierra. Será quebrantada del todo la tierra, enteramente desmenuzada será la tierra, en gran manera será la tierra conmovida. Temblará la tierra como un ebrio, y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará. Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra” (Isaías 24:17-21).
Pero... ¿Cómo ocurrirá tal cosa? De alguna forma, la rotación segura y constante de la Tierra se interrumpirá. ¿Será quizá por un terremoto de proporciones gigantescas que desplazará las placas tectónicas? Si los continentes de alguna forma se desplazaran hacia nuevas posiciones, ¿acaso no se desestabilizaría el alineamiento de nuestro planeta? Sea cual fuere el método que usará Dios, es claro que el resultado de todo serán cambios masivos. El sistema mundial actual sucumbirá para nunca volver a ser.
Cuando llegue la tribulación, los líderes de las Naciones Unidas tratarán de salvar el medio de la Tierra. En la actualidad y a pesar de las quejas continuas, vivimos en un estado de bendición, donde el alimento abunda, y las necesidades de la vida se ven solucionadas. Incluso tenemos disponibles lujos de toda clase como nunca habíamos visto en la historia de este planeta. No obstante, incluso bajo estas circunstancias, esos que propagan el pánico claman que la humanidad se encuentra al borde la destrucción.
Pero... ¿Qué dirán ellos en ese día de grandes terremotos, cuando todo el planeta se estremecerá? Piense en estas palabras: “Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar” (Apocalipsis 6:14).
¿Cómo reaccionará la humanidad inconversa cuando el terror del cielo se haga una realidad? Será, exactamente como lo declaran los siguientes versículos: “El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida. El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 8:8-10).
La religión secular que ha depositado su fe en la estabilidad global quedará hecha añicos, todos los que han depositado su fe en “Gea - en la Madre Tierra”. Quienes miran a la Tierra por su salvación serán severamente probados. Por otra parte, esos cuya fe descansa en la obra consumada del Señor Jesucristo serán librados de la ira venidera.
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EL ESCENARIO ACTUAL A LA LUZ
 DE LA PALABRA DE DIOS
“Debemos aprender a pensar y orar globalmente”. Esta frase tal vez le suene hasta absurda a primera vista, pero es correcta. Es necesario que sigamos este consejo. Significa que debemos aprender a mirar más allá de nuestra visión limitada. Debemos reconocer el hecho que los eventos actuales y las decisiones que se adoptan mundialmente se extienden en una forma sorprendente. Las naciones individualmente se están convirtiendo en algo completamente insignificante, poco a poco van perdiendo su influencia. No es decisivo lo que está ocurriendo en Corea o Yugoslavia - sino lo que mueve el mundo, lo que se está decidiendo en una base global.
Pensar globalmente significa reconocer la forma cómo está interconectado nuestro planeta, y con ojos atentos leer los periódicos y escuchar las noticias, para observar cómo se desarrollan los eventos políticos en el mundo. Pero por encima de todo, debemos reconocer que pertenecemos a la Iglesia de Jesucristo. Debemos continuar creciendo espiritualmente a fin de que cuando la tierra esté lista para el último juicio, seamos salvos y podamos partir con nuestro Salvador en el rapto.
Las palabras de nuestro Señor en Mateo 16:3 nos amonestan con estas palabras: “¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!”. Esto fue lo mismo que Pedro quiso decir cuando escribió: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 P 1:19-21).
La palabra profética es como la luz ardiente de una lámpara. El “lugar oscuro” es el mundo en medio del cual brilla la luz de la palabra profética. El “día” que esclarece se refiere a la edad de la iglesia de Jesucristo presente y señala al día del Señor, el día del juicio, de la ira de Dios y del retorno del Señor Jesucristo en poder y gran gloria. “La noche está avanzada, y se acerca el día...” (Ro. 13:12). El “lucero de la mañana” que saldrá en nuestros corazones, es un cuadro de la venida de Jesús por su Iglesia en el rapto. Según Apocalipsis 2:28 y 22:16, Jesús aparecerá por su Iglesia como “la estrella de la mañana”, pero para Israel y el mundo vendrá como “el Sol de justicia” (Mal. 4:2).
Este pasaje en la Segunda Epístola de Pedro está indicando que el Señor nos ha dado la palabra profética para que tengamos luz en medio de las tinieblas de nuestro mundo, para iluminar el lugar oscuro de nuestra edad y para que sepamos que debemos considerar cada cosa a la luz final de las intenciones de Dios. No somos llamados para dar explicaciones especulativas, sino para aclarar las intenciones finales de Dios para este mundo y para proclamarlas en esta edad oscura.
Los profetas de ese tiempo hablaron inspirados por el Espíritu Santo. Pero, ¿en dónde se encuentran hoy los hijos de Dios que no se dejan arrastrar por la corriente de este mundo, sino que son movidos por el Espíritu Santo para llevar a las personas de regreso a Dios? La Iglesia de Jesucristo es como un gran trasatlántico, con muchos pasajeros en cubierta que discuten de cosas diversas, que están edificando sobre tópicos diferentes. Casi nadie se da cuenta de la dirección hacia dónde se encamina la embarcación, el curso que toma y el hecho que está aproximándose a un gran puerto. Los pasajeros están preocupados por ellos mismos, por los pequeños grupos con que están reunidos. Sólo unos pocos permanecen en cubierta y gritan “¡Tierra a la vista!”. Esto debería ser el tema principal, el llamado de la propia Iglesia hoy.
Pero, ¿qué ocurrirá en los últimos días?
El profeta Daniel era un hombre que estaba “en la cubierta”, que tenía una visión maravillosa y bien amplia. Él pensaba, oraba y hablaba en una escala global, mediante la gracia de Dios e inspirado por el Espíritu Santo, Daniel tuvo una visión y vio el reino venidero de Dios. Vio las diversas “épocas de oscuridad” a la luz radiante de la palabra profética de Dios. Cuando Daniel estuvo delante del gobernante de Babilonia, Nabucodonosor, y el rey le dijo que había tenido un sueño que no podía recordar y que quería saber su interpretación, “Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama” (Dn. 2:27,28) y procedió a interpretarle el sueño.
Dos cosas quedan claras aquí:
1. Lo que ocurrirá en los últimos días no será determinado por los “grandes hombres” de este mundo, porque ellos no pueden anticipar nada. Ni siquiera Nostradamus, cuyas profecías son discutidas a diario por los medios noticiosos, pudo hacerlo.
2. Lo que tendrá lugar en los últimos días sólo lo determina Dios en el cielo. Sus planes se cumplirán. Los eventos políticos en la tierra están siendo guiados en tal forma de que finalmente se cumplirá su Palabra. Todo en la historia y la política del mundo está avanzando hacia una gran meta: la venida del reino de Jesucristo a la tierra, el cual llenará el mundo entero.
Pero, ¿cómo continuará el desarrollo de los imperios políticos hasta el fin? Un imperio romano final gobernará la mayor parte del mundo. Este imperio mundial será controlado principalmente por un dirigente europeo, al que la Biblia identifica en algunos pasajes como “la bestia” y en otros como “el Anticristo” y quien probablemente será un judío, tal como implican estetexto de la Escritura: “Del Dios de sus padres no hará caso, ni del amor de las mujeres; ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá. Mas honrará en su lugar al dios de las fortalezas, dios que sus padres no conocieron; lo honrará con oro y plata, con piedras preciosas y con cosas de gran precio” (Dn. 11:37,38). Sin embargo, detrás de él estará el “dragón', Satanás, como podemos ver por estas Escrituras:
“Y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella...? Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como un dragón” (Ap. 13:4,11).
“Vi un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años” (Ap. 20:1,2).
Los contornos de este último imperio mundial se están aclarando más cada día, Vemos esto en los eventos políticos en Europa, los conflictos en el Medio Oriente y la actual guerra en los Balcanes. Dios le reveló al profeta Daniel en detalle, la política de los imperios mundiales hasta el fin.
El sueño de Nabucodonosor
Dice la Escritura: “En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño. Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey... Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosas semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo” (Dn. 2:1,2,10).
La Biblia es clara. El rey tuvo un sueño que lo perturbó, pero lo olvidó e hizo convocar a los magos, astrólogos y encantadores caldeos para que le dijeran qué había soñado, y que además le interpretaran el sueño, pero nadie fue capaz de hacerlo. Por consiguiente, Nabucodonosor quiso darle muerte a todos los sabios de Babilonia. “Por esto el rey con ira y con gran enojo mandó que matasen a todos los sabios de Babilonia” (Dn. 2:12). Cuando Daniel se enteró de esto, habló con sus tres amigos. “Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros, para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia” (Dn. 2:17,18). Y Dios le reveló el sueño y su interpretación. “Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por cual bendijo Daniel al Dios del cielo” (Dn. 2:19).
Daniel fue donde el rey y le dijo: “Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos de plata; su vientre y sus muslos de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido” (Dn. 2:31-33).
Y de inmediato Daniel procedió a continuación a explicarle al rey la interpretación de su sueño: “Este es el sueño; también la interpretación de él; diremos en presencia del rey. Tú, oh rey, eres rey de reyes porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro. Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro se mezcla con el barro “(Dn, 2:36-43).
En otras palabras la interpretación del sueño era...
1. La cabeza de oro era Babilonia.
2. El pecho y los brazos de plata - Medo-Persia.
3. El vientre y los muslos de bronce - Grecia, y
4. Las piernas de hierro, cuyos pies estaban hechos de hierro y barro cocido Roma. El imperio romano, al igual que las piernas, más tarde se dividió en imperio romano de oriente e imperio romano de occidente.
Es interesante notar que la guerra que tuvo lugar en Yugoslavia, se llevó a cabo en donde se encontraba en un tiempo la frontera oriental y la occidental. Pero, ¿quiere decir esto que el hierro y el barro cocido se desean unir nuevamente? El barro cocido podría verdaderamente representar los países más débiles de Europa oriental y el hierro la parte más poderosa de Europa occidental y Estados Unidos. Desde el colapso de la Unión Soviética, el occidente y el oriente han tratado de unirse, lo cual finalmente será imposible.
La imagen que viera Nabucodonosor terminaba en los diez dedos de los pies, los cuales estaban separados. Eso significa que los imperios mundiales han llegado a su etapa final y que se aproxima el fin. Los imperios mundiales y la historia del mundo están llegando a su fin.
¡El sueño de Nabucodonosor muestra claramente la autoridad de Dios! Esto tiene lugar cuando sin ninguna intervención humana, una piedra desciende desde arriba y hiere los pies de la imagen, desmenuzándolos y terminando finalmente por destruir la estatua por completo. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó” (Dn. 2:34). La piedra en sí se convierte en una gran montaña que llena el mundo. “Entonces fueron desmenuzados, también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras de verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra” (Dn. 2:35).
Este evento señala hacia el retorno de Jesús a la conclusión del último imperio mundial para establecer su gobierno. “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación” (Dn. 2:44,45).
El propio Señor Jesucristo es la piedra “Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida y preciosa; y el que creyere en él no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer” (1 P 2:6-8). “Por tanto, Jehová el Señor dice así. He aquí yo he puesto en Sion por fundamento una piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure” (Is. 28:16). “Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel” (Gn. 49:24b).
Ya que Roma nunca ha sucumbido a lo largo de la historia, en la forma cómo lo describe Daniel, estoy de acuerdo con muchos otros expositores de la Palabra de Dios que creen que el imperio romano se levantará nuevamente. Apocalipsis 17:8-13 también alude a esto cuando habla de la bestia que “era, y no es; y está por subir del abismo e ir a perdición” (Ap. 17:8)
La visión de Daniel de las cuatro bestias
Daniel también tuvo un sueño que señalaba a la misma cosa que la imagen de Nabucodonosor. Vio en visión cuatro bestias grandes que se levantaban en medio del mar...
1. “La primera era como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre” (Dn. 7:4).
2. “Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate devora mucha carne” (Dn. 7:5).
3. “Después de esto miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio” (Dn. 7:6).
4. “Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos” (Dn. 7:7).
La interpretación es como sigue:
1. El león con las alas de águila es Babilonia.
2. El oso: el imperio Medo-Persia, el cual fue más débil que el babilónico.
3. El leopardo con cuatro alas y cuatro cabezas, Grecia. Alejandro el Grande conquistó el mundo entonces conocido con una velocidad sin precedentes, rapidez que estaba representada en las cuatro alas de la bestia. Como este gobernante no tuvo hijo propio, a su muerte el imperio que conquistó pasó a cuatro de sus generales.
4. La última bestia, terrible, en gran manera fuerte y con diez cuernos, representa a Roma. Así como la imagen de Nabucodonosor terminaba en los diez dedos, la bestia representada aquí termina con diez cuernos.
En el último libro de la Biblia, leemos que en los últimos días, poco antes del retorno de Jesús para establecer su reino, una bestia se levanta de súbito en medio del mar la cual tiene diez cuernos. “Me paré sobre la arena del mar y vi subir del mar una bestia que tenía... diez cuernos...” (Ap. 13:1). En el capítulo 17 de Apocalipsis encontramos una vez más esta bestia con diez cuernos, junto con una explicación de su significado. “Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes...” (Ap. 17:12).
Esos diez gobernantes políticos le darán su poder a la “bestia” al final de los días en oposición a Cristo, pero serán vencidos por él, así lo anticipa la Escritura profética. “Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos. La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será. Esto, para la mente que tenga sabiduría: las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición. Y los diez cuernos que has visto son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia. Pelearán contra el Cordero y los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles” (Ap. 17:7-14). A través de todas las declaraciones proféticas en la Biblia, el numero diez siempre señala hacia el escenario final, en este caso al imperio romano revivido.
Pero... ¿Qué es lo que se está formando hoy? En mi opinión no hay duda que el último imperio mundial se encuentra ubicada en el territorio Europeo. Lemas tales como “¡Necesitamos más de Europa!” son proclamados en voz alta. Escuchamos a los medios noticiosos decir en conexión con la guerra en Yugoslavia: “Necesitamos un nuevo orden en Europa – una nueva actitud hacia Europa – una nueva orientación hacia Europa”.
Europa verdaderamente está fortaleciéndose y haciéndose más fuerte con cada año que pasa. Lo que todavía le hace falta es “un hombre que la dirija”. Cuando lo tenga y le otorgue la autoridad, Europa se convertirá en una potencia mundial sin precedentes. Las nuevas leyes que se están instituyendo para abrir las fronteras y poner en pleno vigor la nueva unidad monetaria, el “Euro”, son indicaciones claras de que hay una Europa unida que no se puede ignorar. Por esta razón Europa está cada vez más consciente de su poder.
Desde el colapso del comunismo soviético, la voz de Europa se escucha cada vez más y más alta. Está luchando por alternativas con Estados Unidos, en casi todas las esferas: en la unión, la unidad monetaria común, industria de aviación, misiles, fuerzas armadas, etc. Militarmente Europa todavía se encuentra a la zaga de Estados Unidos, sin embargo esto podría cambiar de la noche a la mañana. Es imposible seguir ignorando a Europa, porque cada día aumenta en fortaleza e influencia. Incluso, podría resultar una cooperación mucho más estrecha entre Europa y Estados Unidos.
Europa está fortaleciéndose en las cuatro esferas más importantes:
1. Los europeos saben que se han convertido en una potencia de importancia en la esfera política, además de Estados Unidos. Su voz ya no puede seguir siendo ignorada y se está extendiendo.
2. En la esfera económica, Europa se ha convertido en la potencia económica más grande del mundo, parcialmente debido al Euro, pero también debido a su población – la mayor y mejor educada en el mundo.
3. En la esfera militar, Europa tiene la OTAN que la respalda. La mayoría de miembros de la OTAN son países europeos.
4. . Incluso en la esfera religiosa, los europeos con los católicos romanos detrás, respaldándolos, constituyen una enorme potencia religiosa.
También es interesante notar que Europa está interviniendo cada vez más en el conflicto en el Medio Oriente y se está tornando más audaz con respecto a Estados Unidos.
Europa y la guerra en los Balcanes
En la edición de abril de 1999 de la revista cristiana Topic, había un artículo que decía en parte: “... Podemos considerar el conflicto en los Balcanes desde una perspectiva completamente diferente. Por algún tiempo se ha observado que está teniendo lugar un proceso cuya meta es socavar las Naciones Unidas. El Occidente está estableciendo su propia organización de poder la cual se reserva el derecho por sí misma de actuar globalmente. Desde este punto de vista, el 24 de marzo de 1999, cuando comenzó la guerra de los Balcanes, podría ser uno de los más significativos puntos de viraje en la historia. La OTAN, una alianza para la defensa del Occidente, está tornándose políticamente activa fuera de su territorio. Sin embargo, ¿fue exclusivamente la OTAN la que intervino en el conflicto en Kosovo?”.
“En 1948, se integró una unión interesante, la Unión Occidental Europea (UEO). En ese tiempo Francia, Inglaterra, Bélgica, Luxemburgo y Holanda, decidieron cooperar en las esferas económicas, sociales y culturales y también en la defensa común. Hoy Bélgica, Alemania, Francia, Grecia, Gran Bretaña, Italia, Luxemburgo, Holanda, Portugal y España pertenecen a la UEO siempre permaneciendo en el trasfondo públicamente. No obstante esta alianza de diez estados ha hecho una contribución decisiva en la estructuración de una nueva Europa. Hoy, la Unión Europea Occidental, es la rama europea de la OTAN. En mayo del año pasado, la UEO intentó trabajar a su propio costo y se aseguró de contar con servicios militares, por ejemplo de Estados Unidos. En la misma conferencia, Grecia exigió una acción militar de la UEO en Kosovo... A la mención de la alianza de los diez estados, cada lector de la Biblia aguza el oído. La razón para esto, claro está, es que las profecías de la Biblia hablan de la integración de diez estados al final de la edad, para desempeñar un papel significativo. Daniel, el profeta del Antiguo Testamento describe esto en detalle en los capítulos 2, 7 y 8. El capítulo 17 de Apocalipsis también habla de esto. Este grupo de diez estados será el núcleo de un último gran imperio final, ante cuya cabeza estará más tarde el Anticristo...”
“Estados miembros de la UEO en un tiempo pertenecieron al territorio del imperio romano. La nueva Europa surgió y está emergiendo en medio de la fundación de los estados aliados de la UEO. La revista de noticias alemana ‘Der Spiegel’ escribió en la portada de una de sus primeras ediciones en 1999 un artículo titulado 'Viejo continente en nueva dimensiones'. El artículo trataba del retorno de Europa como una potencia mundial”.
“Al autor evangélico de gran éxito, el doctor Dave Hunt, expresó su opinión en su libro 'Paz global y el auge del Anticristo' de que no debíamos limitar la restauración del Imperio Romano a Europa. Dice en Apocalipsis 13:7,8, que este imperio tendrá poder 'sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación' - El doctor Hunt piensa que es la civilización Europea, la occidental, la que gobernará el mundo a la conclusión de la historia. El hecho es: La alianza entre Estados Unidos y Europa es en este momento muy superior al resto del mundo. Daniel escribe: 'La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará' (Dn. 7,23)”.
Con la fundación del estado de Israel en 1948, la profecía bíblica se convirtió en un tópico de importancia. Aquí, Dios comenzó una vez más a tratar con Israel. En 1948 el estado de Israel emergió nuevamente en una forma nueva. Por consiguiente, no es casualidad que el mismo año 1948, se iniciara asimismo la Comunidad Europea la que sería la fundación de la nueva Europa. Así como hay una trinidad satánica, de la misma forma también hay un la contraparte del imperio del Señor Jesucristo.
Paralelo a la restauración de Israel, la nueva Roma también comenzó a emerger. En el mismo nivel el Espíritu Santo está trabajando desde arriba para reunir a los judíos y llevarlos a su tierra, a Israel, tal como está profetizado en los capítulos 36 y 37 de Ezequiel, mientras que el espíritu de abajo está trabajando por medio de Europa. Vemos como los dos polos de los últimos días chocan uno con el otro: trabajo divino desde arriba en el territorio de Israel para establecer el reino de Jesucristo en la tierra y labor diabólica desde abajo para obstaculizar el reino de Dios mediante la restauración del imperio romano. Ambos se iniciaron en 1948. Así como en el tiempo de Jesús había un estado judío y un imperio romano, lo mismo estamos viendo hoy.
Permítame a continuación citarle parte de un informe de la prensa que enfatiza esto, Y decía en la publicación Zurich Overtander del 11 de mayo de 1999: “La Unión Occidental Europea (UEO), se integrará en la Unión Europea - El ministro alemán de relaciones exteriores, Joschka Fischer y el ministro de defensa Rudolf Scharping, están urgiendo la pronta organización de fuerzas armadas comunales de los estados de la Unión Europea, para la solución de crisis y conflictos en Europa sin la participación de Estados Unidos'.
“Al principio de la conferencia de ministros de la UEO en Bremen, Fischer dijo que el conflicto en Kosovo dejó claro, cuán urgente e inevitable era esto para el futuro de Europa. Según las palabras de Scharping, se esperan resultados concretos a finales para el año 2000, respecto a la organización y utilización máxima puramente militar de Europa”.
“Debe ser la meta de estos el fortalecer el comercio exterior y asegurar la política en forma tal, que en el futuro puedan sortear las crisis y adoptar las decisiones debidas. Según Fischer, una resolución básica sería pasada en el punto culminante de las conversaciones de la Unión Europea en Colonia, la cual ya estaba contenida en el tratado de Amsterdam visualizando la integración de la UEO en la Unión Europea”.
Y me pregunto: ¿Acaso estaremos viendo el comienzo de la formación de los últimos diez estados del imperio anticristiano que ya está emergiendo?
Europa e Israel
A través de los eventos en los Balcanes, Israel parece estar al borde la política mundial, pero ¿qué es realmente lo está teniendo lugar en el corazón del pueblo judío, en lo que se refiere a este conflicto armado? Los israelitas tienen que estar observando atentamente a las grandes potencias mundiales tal como a Europa y a Estados Unidos - al imperio de hierro, y ahora simultáneamente, también tienen que estar atentos a la posibilidad de que se integre un estado islámico en Kosovo. El occidente ha peleado por primera vez a favor de los musulmanes. Cuando éste poder, Europa, entre en la pelea por un estado palestino - lo cual aparentemente será el caso, ¿quién dirá no? El derecho soberano de las naciones ya no sirve para nada, lo único que cuenta es el nuevo orden mundial. Por eso fue que Estados Unidos y Europa intervinieron militarmente en la guerra en Kosovo.
Debido a la guerra en Yugoslavia a Israel lo están forzando detrás de las bambalinas a avanzar en una dirección diferente, especialmente ahora con el cambio de gobierno. Sin duda alguna ningún otro gobierno se encuentra más apto que este para aceptar un estado palestino. Seguramente ningún gobierno aparte del que dirige Ehud Barak, quien se ve a sí mismo como un heredero espiritual de Yitzhak Rabin, sea capaz de extender su mano hacia una paz anticristiana. Todos estos eventos están moviendo el mundo en la dirección ya trazada para nosotros en la Palabra profética.
El partido de Barak “Un Israel”, se inclina más hacia el secularismo que los gobiernos previos bajo Netanyahu. Incluso, Yitzhak Rabin, el predecesor de Barak, dijo en su tiempo que la Biblia no es el mapa de Israel. La Biblia habla del hecho de que una parte de los judíos entrarán en un pacto con el Anticristo al final de los días. Por ejemplo dice Isaías 28:14,15: “Por tanto, varones burladores que gobernáis este pueblo que está en Jerusalén, oíd la palabra de Jehová. Por cuanto habéis dicho: Pacto tenemos hecho con la muerte, e hicimos convenio con el Seol, cuando pase el turbión del azote, no llegará a nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio en la mentira, y en la falsedad nos escondemos”. “Que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán” (1 Ts. 5:3).
Éste será un pacto de paz con el nuevo imperio romano revivido, probablemente con su sede en el territorio europeo: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador” (Dn. 9:26,27). El pacto de Oslo en 1993, fue hecho en territorio europeo, tal vez como una especie de anticipación del último pacto anticristiano.
Y dice en un artículo escrito por Fredy Winkler, en junio de 1999: “Una cosa es clara. Aunque Israel condena los actos de los serbios en Kosovo, las acciones unánimes de la OTAN han llevado a Israel a un estado mayor de aislamiento. Desde un punto de vista bíblico, podemos ver claramente como el último y cuarto imperio, el cual de acuerdo con la profecía permanecerá hasta que se manifieste el reino eterno de Dios, esta estructurándose y haciendo sus primeras pruebas de fortaleza a fin de atemorizar y evitar que comiencen a quejarse. Sin embargo, para nosotros significa que el reino eterno de Dios se está acercando. Preparémonos y escuchemos la Palabra profética que brillará para nosotros hasta que el día amanezca”.
¡Jesús viene!
Gracias a Dios que el último imperio no es el fin, sino el retorno del Señor Jesús en toda su gloria. Nuestra esperanza viva es que él vendrá para establecer su reino el cual se extenderá por todo el mundo y traerá paz verdadera. Daniel 2:44 y 45 dice de este reino: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir, y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación”. Y Daniel 7:13,14 dice: “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas te sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido” Nuestros ojos se volverán a esta luz radiante, no obstante no debemos pasar por alto los oscuros eventos políticos. Eso no sería realista. Vemos mejor la luz en medio de las tinieblas.
No sabemos cuándo retornará Jesucristo porque ignoramos cuánto tiempo le concederá Dios a este mundo. Tampoco estamos seguros de qué eventos y cambios tendrán lugar. Lo que es noticia hoy puede ser algo pasado de moda mañana. Muchos políticos vendrán y otros se irán. Nuestro mundo de súbito puede encontrarse en la última hora antes del glorioso retorno del Mesías verdadero.
Todas las profecías que he mencionado se cumplirán plenamente después del rapto. Tal vez será entonces cuando los diez estados estarán completamente integrados como una potencia para entregarle su autoridad al dirigente romano. En ese punto el Anticristo hará su aparición y se iniciará el período de la gran tribulación en este mundo. Después de haber visto en líneas generales los eventos que se avecinan, debemos preguntarnos, ¿cuán cerca nos encontramos del retorno del Señor Jesucristo por su Iglesia? Christian Briem, un estudioso de las profecías escribió lo siguiente en el prefacio de su libro publicado en inglés El rapto de los creyentes: “Las personas de este mundo no observarán ninguno de estos eventos extraordinarios. Sólo una cosa será imposible que pasen por alto: el hecho de que innumerables personas que vivieron en la tierra desaparecerán de súbito. Ellos no morirán, sino que no los podrán encontrar. Las Sagradas Escrituras nos dan la razón para esto. Porque estas personas experimentarán lo que esperan con ansiedad, el rapto de la Iglesia”.
“Jesús está retornando. Sólo hay una ganancia real en este mundo, el pertenecerle hoy al Señor Jesucristo. Sólo hay una falla real final e inexcusable, el faltar en entregarse a Jesús. El futuro, el reino y el poder le pertenecen a Jesús, el Hijo de Dios. ¿A quién pertenece usted? ¿Le pertenece a este mundo o al reino de Dios?” Dice en Hechos 17:30,31 “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designé, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos”.
“Adhiérase a él hoy, a Jesucristo a quien le pertenece el futuro y todos los imperios mundiales”.
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